sábado, 25 de febrero de 2012

Oda y Germinaciones (Fragmento)

Pablo Neruda

VI
Y porque Amor combate
no sólo en su quemante agricultura,
sino en la boca de hombres y mujeres,
terminaré saliéndoles al camino
a los que entre mi pecho y tu fragancia
quieran interponer su planta oscura.
De mí nada más malo
te dirán, amor mío
de lo que yo te dije.
Yo viví en las praderas
antes de conocerte
y no esperé el amor sino que estuve
acechando y salté sobre la rosa.
¿Qué más pueden decirte?
No soy bueno ni malo sino un hombre,
y agregarán entonces el peligro
de mi vida, que conoces
y que con tu pasión has compartido.
Y bien, este peligro
es peligro de amor, de amor completo
hacia toda la vida, hacia todas las vidas,
y si este amor nos trae
la muerte o las prisiones,
yo estoy seguro que tus grandes ojos,
como cuando los beso
se cerrarán entonces con orgullo,
con doble orgullo, amor,
con tu orgullo y el mío.
Pero hacia mis orejas vendrán
antes a socavar la torre
del amor dulce y duro que nos liga,
y me dirán: "Aquella
que tú amas, no es mujer para ti,
¿Por qué la quieres? Creo
que podrías hallar una más bella,
más seria, más profunda,
más otra, tú me entiendes, mírala qué ligera,
y qué cabeza tiene,
y mírala cómo se viste
y etcétera y etcétera".
Y yo en estas líneas digo:
así te quiero, amor, amor,
así te amo, así como te vistes
y como se levanta
tu cabellera y como
tu boca se sonríe,
ligera como el agua
del manantial sobre las piedras puras,
así te quiero amada.
Al pan yo no le pido que me enseñe
sino que no me falte
durante cada día de la vida.
Yo no sé nada de la luz, de dónde
viene ni dónde va,
yo sólo quiero que la luz alumbre,
yo no pido a la noche
explicaciones,
yo la espero y me envuelve,
y así tú, pan y luz
y sombra eres.
Has venido a mi vida con lo que tú traías,
hecha
de luz y pan y sombra te esperaba,
y así te necesito,
así te amo,
y a cuantos quieran escuchar mañana
lo que no les diré, que aquí lo lean,
y retrocedan hoy porque es temprano
para estos argumentos.
Mañana sólo les daremos
una hoja del árbol de nuestro amor, una hoja
que caerá sobre la tierra
como si la hubieran hecho nuestros labios,
como un beso que cae
desde nuestras alturas invencibles
para mostrar el fuego y la ternura
de un amor verdadero.

**Muy apegado a mi estilo de poner algo ya escrito cuando no se me ocurre nada que escribir, hoy le tocó el turno a un fragmento de un de mis poemas favoritos de Pablo Neruda, el poema completo es excelente, pero ésta es la parte que más me gusta. Espero que lo anterior sea de su agrado como lo es para mí.

viernes, 10 de febrero de 2012

De todos modos es viernes en la noche...


Últimamente tengo un poquito más de tiempo libre y con ello, un poco más de inventiva para escribir, no es que lo que a continuación va a leer es una genialidad, de hecho, es sumamente burdo y, lejos de dejar una enseñanza o algo útil a la persona que lo lea, es más bien una manera de que el autor "despeje" su mente, después de una semana un poco pesada, pero no tanto como las anteriores...

Luego de pasar todo el santo día intentando estudiar álgebra lineal, y en serio que lo intenté, sin mucho éxito, me preparé psicológicamente a no estudiar más durante el resto del día, no fue algo que me entristeció, tampoco me liberó del estrés que manejo para ese último parcial, pero hay días en que la mente está muy dispersa y la concentración es casi nula, no hay mucho que se pueda hacer en días como esos.

Mi agenda para un viernes estaba igual de vacía que lo está mi billetera por lo que bajé para ayudar con la cena. Después de un rato de estar picando, lavando y otros quehaceres concernientes a ingerir los alimentos (¡Que complicado que se vuelve algunas veces algo tan rutinario!) me enteré que mi hermana debe ir a un asunto a la Universidad (si, un viernes en la noche) y yo en un arrebato de caballerosidad decidí llevarla, por supuesto que no perdería el rato y me iría estudiar mientras esperaba que terminará, ya que saldría tarde y la zona no es la más adecuada para esperar un bus. Llegamos y me dirigí a la biblioteca, un viernes en la noche (Estimado lector, lo que esta leyendo es verídico, aunque parezca muy poco convincente, esto ocurrió en realidad, soy de esas "almas en desgracia" que no van a fiestas), y como era de esperarse habían cinco personas, las dos bibliotecarias, el guarda, el que acomoda libros y yo, tal vez habían más, no lo sé. Una de las muchas preguntas que tendrás es: ¿Por qué irse a meter a una biblioteca a esas jóvenes horas de la noche? Bueno la respuesta es simple, no hay mejor lugar para entender las cosas complicadas de la vida que en un cubículo de una biblioteca. Es el momento en que se enfrenta la realidad cara a cara, el cuaderno y unos cuantos ejercicios inconclusos te arrinconan contra la silla con la única intención de robarse toda tu atención, y sin alguna escapatoria aparente, porque incluso la señal de tu celular es limitada, comienzas a avanzar en el estudio y poco a poco llegan los concebidos: "¡Ya entiendo!", "¿Esto es tan fácil?","Con razón el profesor estuvo insistiendo en este punto el otro día" y etc. Es una excelente recomendación para alguien, si como el que aquí escribe, tiene problemas para entender la materia vista en clases, no garantiza el éxito, pero si ayuda bastante.

La noche no podía ir mejor, hasta que llegó el guarda a echarme, claramente los bibliotecarios también tienen vida y un viernes en la noche es el lugar menos indicado para pasarlo, luego de una semana que seguramente se tornó larga. Yo tenía un problema, todavía faltaba una hora y no sabía en que, ni donde invertirla... De pronto se me antojó un café, nada mejor que pasar el tiempo con un viejo conocido, volví a revisar mi billetera, como si mágicamente las facturas se hubieran convertido en dinero desde la última vez que me había fijado y efectivamente no fue así, en mis bolsillos habían solo 500 colones (un poco menos de 1 USD) por lo que los cálculos no daban para ese caluroso encuentro, fue entonces cuando se me ocurrió que quería unas galletas, pero no de cualquier tipo, quería una de esas que traen chispas de chocolate, y debajo viene más chocolate, de las "nuevas", las que te deja un saborcito salado al final, vaya Dios a saber por qué, quería de esas, con la mala suerte que al llegar a la tienda estaba ya cerrada, claro, los encargados también tienen vida y más los viernes por la noche...

El tiempo no avanzaba (¡Maldita relatividad!), entonces decidí atravesar la famosa Calle de la Amargura para llegar a una tienda donde de seguro encontraría las afamadas galletas, de todos modos no había nada mejor que hacer. Como le tengo mucha fe a este blog, explicaré brevemente para los amigos internacionales (i.e. No ticos) que me visitan qué es "La Calle de la Amargura". La Calle de la Amargura (calle 3 oficialmente hablando) está ubicada en el distrito de San Pedro de Montes de Oca, al este de San José, muy cercano a la Universidad de Costa Rica donde en cuestión de 4 cuadras hay aproximadamente 14 bares (no creo que sean tantos pero si es exagerado en la relación al tamaño), 5 tiendas con golosinas y cigarrillos, 3 estacionamientos y otras 25 tiendas que operan durante el día, bastante útiles para el sector estudiantil, en fin, unos cuatrocientos metros (Aprox.) muy "pintorescos", a falta de otro adjetivo más adecuado.
Me coloque mis audífonos y empece a caminar. De las muchísimas cosas que me gustan y que no cuestan un solo céntimo, una de esas es caminar, lo podría hacer durante horas (...y lo he hecho) sin sentir ningún fastidio, y más si es en temporada "no lluviosa" como la de este viernes en la noche...

En este trayecto te puedes encontrar de todo. Los que se quedaron después de clases (Más o menos un lapso comprendido entre las 12 m.d. a las 6 p.m.) "tomándose algo", los que salieron del trabajo y se quedaron también, los que vienen saliendo del trabajo, los que van llegando a su trabajo, los que están trabajando, muchachas poco acostumbradas a usar tacones y ropa escasa, muchachas acostumbradas a ambas, y por supuesto no faltará algún "amigo" que viéndolas, no suelte su "folclore" y piropos al viento. Amigos, como los amigos que se reencuentran, que se pelean, que bromean. La música de moda (que no por eso es buena) suena tan alto que "Slide away" saliendo de tus audífonos es opacado en cada paso que das. Ves las parejas de novios, bueno, en realidad ese "espécimen" es más difícil de ver, principalmente por que se camuflan en la oscuridad, intercambiando "acarameladas" frases y risas cómplices, dando besos que duraron toda la vida en llegar, otros que durarán para toda la vida en irse, otros que durarán solo esa noche, como si con febrero no viniera un extra de "miel" como acompañamiento, acortando una noche de viernes de muchas otras (Esta vez, ellos son los que maldicen a la relatividad).

Luego de un rato, me dí cuenta que la taberna que me gustaba, la de los buenos ratos, la única que ponía música decente, la que habían cerrado hace mucho tiempo, ahora es parte del estacionamiento del bar que odiaba, él de la música que odia, al que fui con la gente que odiaba por estar con la persona que quería, donde cambie mi forma de ser por un "Te Quiero" y donde luego escuché, en medio del ruido, como explotó, algo que llamaremos mientras tanto, "corazón", cuando la vi con el tipo que odiaba, si, ese, él que tenía novia, intercambiando "acarameladas" frases, risas cómplices y dando besos que duraron toda esa noche...

No me mal interpreten, no es que estaba extrañando ir a esos lugares, todo lo contrario, esas cosas ocurrieron y fueron "dejadas atrás" hace ya mucho tiempo y aunque nunca fui de frecuentar estos lugares, simplemente las pocas veces que lo hice, preferí uno en lugar del otro, por las razones de arriba y por muchas otras que no vienen al caso, ni son compatibles con el resto del relato.
Mi búsqueda por las galletas continuo y para mi mala fortuna, no habían en la única tienda que pensé que habrían, por lo que escogí otras, no tan buenas, pero galletas al fin y al cabo. Es curioso ver lo que la gente compra. Delante mío, vi a un tipo, bastante corpulento y alto, gastar 7500 colones (como 15 USD) en leche sin lactosa, chicles de yerba buena y cerveza (¡QUE RAYOS!), solo Dios y él sabrían la noche que le esperaba para tan curiosa compra...

De vuelta en el universidad, volví a ver el reloj, implorando que acabará pronto el tiempo de espera, para descubrir que no había avanzado lo necesario. Por lo que me dirigí a uno de los pocos lugares dentro del campus donde sabía que podría encontrar señal de Internet sin contraseña. Viendo un grupo de párvulos recibiendo clases, me di cuenta que sería divertido meterse en una clase cualquiera, preferiblemente de algo sencillo, solo para fastidiar a los "compañeros" con preguntas salidas un poco de contexto o solo sentarse a escuchar las complicaciones que experimentan otros mortales, pero eso lo dejaré para otro momento, quizás busque con quien hacerlo, quizás no lo haga nunca, en dado caso, escribiré algo relacionado en algún futuro próximo, en caso de que se dé.

Después de eso esperé la llamada de mi hermana con ansias, porque ya quería irme, hay otros lugares mejores donde estar un viernes en la noche, ¿no?

viernes, 3 de febrero de 2012

Cadena de recuerdos y pensamientos aleatorios

En el colegio en el que estaba nunca tuve una clase formal de filosofía, por diversas razones, los profesores renunciaban, se cambiaba la materia por una "más útil" o por lo que fuera, nunca tuve lecciones de esa materia un año entero, esto no indica que la echara de menos. Recuerdo una vez, empezando yo a cursar segundo año, que llegue a la clase de filosofía y, milagrosamente, estaba el profesor esperando para impartir su lección. Un tipo alto, no muy mayor, completamente pelón y con una extraña barba en forma de candado. Contrariado por la poca materia que habíamos recibido en contra parte al plan de exige el ministerio soltaba de vez en cuando chistes al azar para llamar la atención de un grupo, que en su mayoría, mostraba el mismo interés que tendría un esquimal en comprar hielo (la calidad de sus bromas se puede comparar a la anterior, en caso de que se quiera hacer una idea). Empezó a garabatear en la pizarra el clásico: "¿Qué es la filosofía?", continuo hablando por un rato de algo, que en este momento no recuerdo del todo, supongo que tenía que ver algo con su novia, por un "chiste" donde la susodicha fue la protagonista y luego la lección siguió un curso normal. He de confesar que desconecté el cerebro un rato, y cuando este volvió, en la pizarra estaba escrito: "Hombre, Conócete a ti mismo" de origen griego, atribuida a Sócrates o a Pitágoras o a otro montón de griegos más; aún no me queda claro como ligó una cosa con la otra, el punto es que, el señor, bastante inspirado, trataba de hacernos ver la importancia de que nosotros como adolescentes, conociéramos nuestros gustos, actitudes, saber que queríamos y hasta donde queríamos llegar y por último, nos instó a continuar yendo a sus lecciones, que a pesar de no ser calificadas a partir de exámenes o tareas como cualquier otra materia, nos darían las herramientas con que pudiéramos llevar a cabo tan importante labor. Esa fue la última lección, a la semana siguiente renunció por razones que desconozco y me importan poco.

Probablemente por el tipo de circunstancias a las que he estado expuesto últimamente, no es raro que este tipo de recuerdos vengan y vayan, sin motivo aparente. Cuando este llegó me puse a pensar por un momento: "¿De qué rayos hubieran tratado las siguientes lecciones a esas?...", la respuesta ha eso nunca la sabré, y tampoco es algo que me quite el sueño, tal vez lo único que se necesite para llegar a "conocerse" es el tiempo. Veintitrés años y un poco más despertando en la misma habitación, con la misma persona, te da una leve noción, aunque sea chica de lo que realmente eres y quieres, pero solo con el tiempo...

Con el tiempo me he dado cuenta de que soy un tipo raro, y no por raro quiera decir "cool", si existiera alguna relación entre ambas palabras; sino que tengo muy extrañas y poco habituales manías, algunas veces hasta molestas que no logró controlar, venían conmigo y en la factura de compra no se especificaron estas "extras". Por ejemplo, tengo un "ritual" que cumplir al pie de letra para poder quedarme dormido. Mucha gente que conozco, se acuesta, cierra los ojos y se duerme, Jorge Blanco no. Él tiene da una vuelta,dar otra, acomodarse y cincuenta desperdiciados minutos más tarde, con la mitad de la cara tapada, ni más ni menos, llega Morfeo, ¿Dónde se ha visto?. Otra de mis "rarezas" es que todo, y absolutamente todo lo relaciono con música. Amigos, gente, lugares, paseos que he hecho, todos tienen una canción, disco o grupo que hace que no los olvide, aunque pase mucho tiempo. Hasta algunas cosas que hago tienen una canción que podría "ilustrar" la situación, por ejemplo, esto de estarme "volando hachazos", mi mente lo relacionó con "¡Corre!, Dijo la Tortuga" de Sabina, y como habrás notado, no tienen mucha relación, así de extraño funciona esto.

Y como variados los recuerdos, variado mi gusto musical. Van desde Vivaldi, Tchaikovsky, Mozart, pasando por Gardel, por los boleros viejitos, por la trova, y siguiendo con rock en español y en inglés, el llamado "alternativo" y hasta "indie", prácticamente de todo, con esto no estoy diciendo que tenga el gusto muy refinado, simplemente me gusta la música. Y a mi gusto musical se van sumando nuevos componente en la medida que vaya teniendo nuevas experiencias que incluyan música. Como cuando escuche por primera vez Pearl Jam, o Wonderwall de Oasis, o un disco de Pedro Guerra, todas acompañadas de experiencias cotidianas, normales, que hicieron que expandiera un poco más mis gustos. Esto me hace recordar cuando hubo un tiempo en que me empezó a gustar canciones de Chayanne, porque este era el cantante favorito de la muchacha que me gustaba; si, ahora lo veo como ridículo y me rió de eso, en el momento... Mmm, creo que igual me daba vergüenza, llegue a convencerme de que me gustaba y lo adherí a mi "gusto musical" por un tiempo con tal de tener algo de que hablar con la chica, y si, no hay forma de escribirlo de que no suene estúpido, supongo que no soy el único, que todos hicieron algo así alguna vez, ¿no?. (Esperen, Tchaikovsky, Mozart y Chayanne en un mismo párrafo, estimado lector, pido las disculpas del caso, esperando su comprensión y que los dos primeros no se estén revolcando en su tumba)

Con esto llegamos a una tercera cosa: Recuerdo perfectamente cuando fue y porque fue que me empezaron a gustar las cosas triviales que me gustan. Por ejemplo, se que tenía cinco años cuando me empezó a gustar ver las estrellas, es una tontería, lo sé, pero el día y el momento lo recuerdo como si fuera hoy: Eran las cuatro de la mañana, en ese tiempo vivíamos en una casa cerca de donde mi abuelo tenía su tienda de verduras por lo que me levantaron temprano para "ayudarlo" con las compras de diciembre, todavía dormido, me puse los zapatos que usaba para el kinder y salí corriendo de la casa, alcé mi vista y en el cielo estaban todavía las estrellas. No sé porque hasta ese día les presté atención, lo único que sé es que aún hoy hay noches que alzo la vista al cielo, buscándolas.

Otra cosa trivial que me gusta es el fútbol, ha estado ahí desde siempre, por eso no preciso el momento exacto en que me empezó a gustar, pero recuerdo muchísimas cosas que ayudaron a desarrollar ese gusto. Todo empezó por mi padre, recuerdo la primera vez que me llevó a un estadio; la primera vez que lloré por un marcador adverso, la primera vez que lo jugué, fue con mi papá y mi mamá en el pasadizo de mi casa; la primera vez que vi un partido de España, la copa del rey para ser exactos, tenía tal vez cinco años, en ese tiempo el Barcelona de Cruyff, el "Dream Team", hacía estragos por España y Europa, razón por lo que desde esa edad le di mi adición, a pesar el "Madridismo" marcado de mi padre. Y los recuerdos que vienen con el fútbol son muchos, largas charlas, discusiones tontas, remontadas épicas, derrotas vergonzosas. Esto hace que me guste estar al tanto de resultados de las ligas en donde están compatriotas o los equipos que me gustan.

Ayer, echando un vistazo en titulares deportivos, uno de ellos llamó poderosamente mi atención: "Morir fiel al estilo". La nota era sobre el empate a tres entre el Athletic de Bilbao y el Espayol de Barcelona. En ella salía parte de la entrevista realizada al técnico Marcelo Bielsa explicando a los medios el por qué no defendió el gol de ventaja en los últimos minutos, si no que en lugar de eso fue por el cuarto tanto y el empate cayó por una jugada fortuita justo antes de que el partido terminará. Nunca renunció a su juego de ataque, " No es nuevo que si usted juega noblemente no obtiene un triunfo que mereció" Explicó Bielsa.

He de confesar que, así de tonto como suena, me puse ha pensar en las muchas veces que a lo largo de este complicado tiempo que me tocó vivir, habré "echado para atrás" a defender un "status", una posición delante de los demás, negando quien soy y a quién me salvó, asediado por las circunstancias, por mis temores, "recibiendo goles" de mis errores pasados, si, de esos que Dios ya venció, resbalando una y otra vez en mis fracasos y restregándomelos en la cara. ¿No fue Él quien hizo todas las cosas nuevas, incluso las estrellas que admiró?, ¿No fue Él quien prometió que todo iba a estar bien porque todo lo que tiene planeado es paz?, ¿No es Él, el mismo que cuando yo me levantó me espera con nuevas misericordias sin importar mis "faltas" y estrategias chuecas? Entonces, ¿Por qué me preocupó?, ¿Y por qué no mejor morir fiel a mi estilo? Ese que me gusta, el alegre, el de remontadas épicas, el de no tirar la toalla, el de amar esto, ¿Acaso Él no prometió estar conmigo siempre y que nada me iba a apartar de su amor? Que vaya a perder algunas veces, es posible, pero ¿No es mejor perder, como dirían los brasileños, con un "jogo bonito", disfrutando, bailando? Como decía Facundo Cabral: "En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo". Mañana abriré mis ojos y los goles de visitante que me encajaron seguirán ahí, mis jugadores seguirán expulsados, pero empezaré con Él, de nuevo, y el resto no importa.

**Amable lector, si usted se llegó hasta aquí, sin aburrirse lo felicitó. Una vez leí de una amiga que no hay mejor terapia que escribir, creo que eso me pasa muy frecuentemente y eso pasó aquí, empecé a escribir y no pude no terminar, en fin, Gracias por no irse!