Distribuyes
direcciones, sonidos, luces, ángulos, imágenes.
Llegas como el secreto ejército del viento
que descarga su golpe arrebatando
y sin cesar girando.
Te pareces
al corazón sediento de un gran pájaro
que bebiera como un agua infinita
la infinitud del mundo.
Contigo nace joven
el universo.
Eres un árbol, -su alta copa ardiendo arriba-,
su savia como un río puesto en pie.
La vida empieza en la palabra tuya
y no se sabe a dónde fueron el dolor y la muerte.