lunes, 4 de abril de 2011

El Beso (Fragmento)

"Desde aquí, muerto de sed, el pescador de barbudos
miraba y miraba, por entre los vacíos de los bambúes,
cómo la Rita Camacho iba y venía en sus quehaceres, desafiando con sus
ondulaciones las ondulaciones de las nubes.

A veces las nubes eran osos blancos sumergidos en el río,
a veces eran dragones de la tarde, y Miguelillo se quedaba prendido en sus
escamas de oro, terminando por dormirse agarrado a su caña de bambú.
La noche le abría los párpados, con las puntas de las estrellas.
Al día siguiente se repetían todas las cosas: la mansedumbre del agua,
los sauces mirándose en el río, el secreteo de los bambúes, el silencio de
las piedras, la navegación de las hojas amarillas, los osos y los dragones.

De tarde en tarde, Rita Camacho bajaba al río a llenar su tinaja, y
entonces el corazón del pescador sonaba como una tambora.
-¡Hola, Miguelillo! ¿Has pesca'o mucho?
-Así, así. Ahí va pa usté el más grande.
Y a los pies de la muchacha caía lo mejor de su pesca. Así habría
querido también arrojar su corazón, grande y deshojándose como una
chira de plátano."



Este es un fragmento del cuento "EL BESO" del escritor costarricense Carlos Salazar Herrera. Cuentos de Angustias y Paisajes. Con simpleza, pero gran destreza desde cualquier punto en el que se lea, uno de mis libros favoritos.