viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz Año Nuevo!


Ya que estamos a escasas seis horas de finalizar el año, no quisiera que acabe sin escribir el último post del año, aunque han sido muy pocos, sigue siendo el lugar donde puedo desahogar mis ganas de escribir... Pero volviendo al tema de inicio quisiera terminar agradeciendo a Dios primero las múltiples misericordias que ha tenido para conmigo y a pesar de mi mismo, claro que suena como un trabalenguas pero es algo que un cristiano entiende. Entre esas misericordias y regalos inmerecidos, agradezco ciertas "existencias", la existencia de esas personas que a lo largo del año estuvieron ahi, las personas que hicieron que pagara mas celular con la infinidad de "¿Que hacemos hoy?, ¿Por donde viene?, ¿Vas a venir?", personas con las que de no haber estado no hubiera tenido que pagar tanto en gasolina, entradas al cine y comida en lugares fuera de mi casa, personas que hicieron que las 11 p.m fuera una hora decente de llegar, y no las 8 o 9 como tenía acostumbrado, esas que sin quererlo hicieron el 2010 un año para recordar, en la infinidad de cosas que sin duda estuvieron torcidas, ellos estuvieron ahí para orar, hablar o simplemente reir, como ya lo dijera Marcos Vidal en una canción: "No me reído tanto como junto a ellos, aun en medio del dolor.." Gracias totales a ustedes, ya saben quienes son!

A mi familia, Gracias por la paciencia, y confianza gente que el año que viene es mejor., ya nos trajo Dios hasta acá salvos, no?

Bendito Dios por un año mas de vida, por la vida que me dio, por la salvación eterna y su multitud de misericordias, su gracia infinita y su paz, que el año que viene solo tenga recomienzas eternas...

Ahora si, Bienvenido 2011

viernes, 10 de diciembre de 2010

Canción del desesperado.


“Encontrado en un lugar desde donde se observa sin obstáculos el atardecer…”

Si se ha de reír, que rían los árboles, cuando el viento lleve las conversaciones que largo tiempo se duraron en gestar, cuando les lleven nuestros chistes, nuestras risas.

Si se ha de observar, que observen las paredes y las ventanas que nos espiaron tantas veces, desde cualquier punto de las calles que solo para nosotros tuvo significado y aires de eternidad. !Que observen!

Si se ha de llamar, que las estrellas gasten nuestros nombres, aquellos que solo tu y yo conocemos, que se llamen entre ellas, que los usen otros, que de todos modos no los volveremos a usar, mis labios no lo nombraran nunca mas.



Si se ha de oír, que en todos lados se escuchen nuestras canciones, que el mundo las difunda y las convierta en otras, que no las conozca nunca mas, que se pierdan tantas veces en ecos, que pierdan sus estrofas, las que nos gustaban, las que cantamos juntos, que nunca sonaban igual. ¡Que se oigan!

Si se ha de caminar, que se caminen por los parques, aquel que gastamos juntos de la mano, que la gente borre nuestras huellas, que se olviden los trazos y se borren los recuerdos.

Si se ha de leer, que se lean cuentos de románticos frustrados que en sus mundos perfectos las princesas terminan con humildes mozos que los salvaron de la boca de dragones, pero que no se lean las que yo te escribía, las que leías y guardabas como quien encontró rubíes y perlas porque yo no leeré las tuyas.

¡Que se borren los pensamientos, que se disipen los recuerdos, que se olviden las confesiones, que se gasten las frases, se pierdan los juegos, que escaseen las pláticas, que se disuelvan las fragancias! Que sean borrados y que de ellos no se tenga memoria.

Que se olvide su rostro y...

-“¿Mi forma de ser?, ¿Mi recuerdo?”...- Contesto una voz femenina detrás de él – “Sabía que solo aquí podría encontrarte…”




“El autor desconoce el final, si volvieron ha hablar ni mucho menos si vivieron felices para siempre, pero desde entonces, con cierta regularidad, se observan dos jóvenes enamorados que contemplan el atardecer hasta que se marcha el sol...”