sábado, 7 de junio de 2014

Going Nowhere

Oasis
I hate the way that you've taken back
Everything you've given to me
And the way that you'd always say
It's nothing to do with me
Different versions of many men
Come before you came
All their questions was similar
The answers just the same 

I could do with a motor car
Maybe a Jaguar maybe a plane or a day of fame
I wanna be a millionaire so can you take me there
Wanna be wild cos my life's so tame
Here am I, going nowhere on a train 
Here am I, growing older in the rain


***

Ésta es una de las canciones que forma parte de mi "soundtrack" para estas alturas del semestre. Si en algún momento, siente la necesidad de cantarla a todo pulmón, sepa que en esta parte del mundo la estaré cantando con usted.

miércoles, 4 de junio de 2014

Naufragio

Todo empezó una tarde... o quizás no. La mayoría de historias que pasan y carecen de importancia para la mayoría de las personas, no precisan de alguna ubicación en el espacio o el tiempo; la que hoy nos trae hasta acá puede ser ubicada, o no, en la tarde de un catorce de abril sin influir estrictamente en el desarrollo de los hechos en cuestión. Puede ser incluso, que ésta haya ocurrido en alguna hora posterior a las 12 m. d..; pero estos detalles quedarán libres para que, de alguna forma, el lector pueda crear diferentes escenarios, todos ellos relacionados a una misma historia. Eso sí, un detalle que no se debe pasar por alto y que lastimosamente no se puede dejar a criterio del lector es el tiempo. El tiempo era cambiante y extraño en esa época del año, de un incandescente sol a la torrencial lluvia solo había dos horas de diferencia, hecho que, si bien es muy común en el trópico, tomó por sorpresa al héroe de nuestra historia, que mientras caminaba rumbo a su casa, tuvo que buscar refugio en una parada de autobús, y gracias a este simulacro de tormenta que recién comenzaba y convencido que una lluvia de esa magnitud solo agravaría su estado de salud , que por aquellos días no andaba muy bien, lo tuvo detenido en ese sitio un largo tiempo...

 ¿Qué se hace mientras se espera?, ¿cómo matar el tiempo que pasa lento cuando se espera? Pensaba en él mismo como un náufrago sobreviviente de algún desastre... Estaba prácticamente recluido, el naufragio lo había traído hasta una isla de tres metros de ancho por cuatro de largo, y todo alrededor era gris y húmedo, mientras el ensordecedor ruido del agua emulaba el oleaje de un mar tempestuoso. Estuvo dando vueltas alrededor de su isla, buscando la forma de escapar sin terminar completamente mojado, pero no lo consiguió y finalmente resolvió sentarse en la banca, mojando así, únicamente su pantalón negro.

Si bien es cierto, en la mayoría de historias de naufragios hay mensajes que llegan encerrados en una botella, para nuestro amigo no existía tal cosa, eso sí, alrededor suyo pudo leer mensajes de todos los náufragos que lo precedieron, escritos en forma de grafitti y por todas partes. En algunos solo estaban sus nombres, en otros, palabras que hacía mucho tiempo no pronunciaba e incluso la mala reputación de algún otro, sin embargo, en uno leyó: "De todas las cosas lindas que hay en este mundo, me tocó a mí, verte cada mañana."...

Leyó la frase al menos unas tres veces más, le resultó imposible no pensar en C. mientras lo hacía. Le  pareció curioso como esa misma frase lo había despertado en la mañana y como desde entonces no había podido sacar a C. de su cabeza; sacó un cálculo estimado de la cantidad de tiempo que tenía de no verla ni escucharla, como si éste fuera un buen parámetro de medición en estos casos, como si la operación al final no arrojara un resultado dañino para él. "¿Cómo estará?, ¿Qué estará haciendo?, ¿Me habrá olvidado ya?"... pensaba, pensaba y no podía dejar de pensar, cada uno de esos pensamientos, como granizo golpeaban sus recuerdos. De vez en cuando tenía que enjugar su rostro con lo poco seco que le quedaba en su camisa, quizás por las gotas de lluvia que en algunas ocasiones invadían su reino, no lo sé...

Así pasaron los minutos e incluso hubieran pasado las horas, de no ser por culpa de un arrebato de valentía que hizo a nuestro héroe tomar su teléfono y marcar de memoria un número, donde contestó una mujer llamada Laura, nueva propietaria de esa línea telefónica. Se desanimó un poco, pero no podía detenerse, necesitaba verla, explicarle todo, escucharla, pedirle disculpas, qué se yo; nuestro náufrago se había hecho a la mar, abandonando su isla sin ninguna posibilidad de volver, no podía hacerlo, no quería hacerlo. Mojado tal cual estaba, tomó un  autobús , que lo llevaría al otro lado de la ciudad, solo quería verla, y mientras en el radio sonaba, algo como que "los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí", sonreía y reía como un loco, mientras el autobús avanzaba...

*** 
He de confesar, que luego de escuchar esta misma historia visité la misma parada de autobús y estoy consiente que en ella no estaba escrita tal cosa, que incluso no pudo haber leído nada de lo que leyó aquel día, tenía una semana de haber sido instalada y lucia impecable... Algunas veces los héroes solo pueden salvarse a sí mismos.