jueves, 26 de julio de 2012

Una Serie de Eventos Desafortunados



Miró hacia atrás y fue entonces cuando se percató que alguien lo seguía...

Su presencia no lo atemorizó, incluso hasta le resultaba familiar, quizás un amigo de la infancia, un primo lejano, no lo sabía, fue entonces cuando decidió esperar que se acercara más, en dado caso no podía salir corriendo, se había extraviado de su camino, sus pies lo habían llevado a un callejón sin salida.

Al virar, el hombre, por llamarlo de alguna forma, se había acercado lo suficiente como para poder reconocerlo. De cinco metros de alto, un rostro de facciones terribles, mirada perdida, como muerta, piel roja casi purpura, cabello blanco, todo lleno de cadenas. Es casi seguro que no es el tipo de persona, por llamarlo de alguna forma, que se desearía encontrar en un callejón oscuro, y mucho menos a tan altas horas de la noche, eran cerca de la una y diez de la madruga. Pese a todo esto, C. se mantenía, hasta cierto punto, calmado, eso si, sintió como el miedo se apoderó de su cuerpo, sin embargo no así de su mente. Mientras su corazón cabalgaba a mil kilómetros por hora y su cuerpo temblaba casi brincando, su mente se mantenía aguardando, conteniendo sus miedos con todo y fantasmas.

Cuando el gigante, por llamarlo de alguna forma, estuvo cerca, muy cerca, casi a un metro, C. lo miró a los ojos, confiado como estaba y fue entonces cuando recordó quien era. Hasta ese momento C. perdió la calma y buscó la forma de escapar. A su alrededor tres paredes y frente a el un gigante. Lo único que se le ocurrió en ese momento fue correr a un lado intentado no ser atrapado, pero su torpe cuerpo no respondió.

El gigante, lo sujetó de su cuello y a cada una de sus muñecas y tobillos puso un grillete, luego de esto encadenado como estaba y tan grande como era, se dejó caer, como si estuviera muerto...

C. no supo que hacer luego de esto. Al principio todo movimiento fue inútil, el peso del monstruo no podía ser llevado con tanta facilidad, ni mucho menos por un cuerpo aún paralizado como el de C. Pasadas dos horas, intentó de nuevo caminar fuera del callejón y dando algunos pasos, a duras penas consiguió llegar a la calle principal, arrastrando su pesada carga y notó que su casa se encontraba a veinticinco metros de donde estaba, fue entonces cuando se lamentó de haberse extraviado, el haberse detenido, el no haber notado que estaba cerca de llegar su tranquila "fortaleza", que quizás nada de aquello hubiese pasado y que, tal vez, en estos momentos estuviera en su cama, durmiendo, descansando y libre...

A penas si pudo llegar a su recamara. Arrastrar al monstruo hasta ella fue una de las empresas más difíciles y tontas que jamas había realizado. Encontró la forma de acostarse en su cama sin tener que subir con él al monstruo que parecía inmóvil, como encantado y en su horrible rostro algo similar a una sonrisa, y mientras C. dejaba caer su cabeza sobre la almohada de sus ojos se escaparon dos lágrimas amargas, amargas como hiel...



II



El coronel recibió una carta con carácter de urgencia desde el frente, un jueves en la tarde. El correo se había tardado un poco más de lo acostumbrado y la ansiedad por saber que pasaba en el frente lo mataba.

Había mandado sus tropas hacia ya seis meses a luchar por tierras, que antes no tenían ningún valor para él, pero que poco a poco se dio cuenta de que tan importantes y estratégicas eran para poder seguir a cargo y así mantener "contento" a su Presidente.

Al principio las batallas ganadas fueron sumamente simples, pero se dio cuenta que el enemigo que tenía al frente era capaz de dejarlo en jaque ante el menor descuido, y conforme iba pasando el tiempo su enemigo se iba haciendo mas poderoso.

Ganó la primera batalla importante, a mucho costo, por lo que la segunda decidió poner mayor atención. Estudió a su enemigo con lentitud, y decidió mandar a todos los hombres que tenía, ya que tenía claro que ganando esta segunda daría un paso más a la conquista de todo el territorio que anhelaba y el día de la batalla llegó... Pasados veintidós días, no se escuchaba ninguna noticia del frente de batalla por lo que esto lo inquietaba aún mas.

Abrió la carta y su rostro lo dijo todo. En ella se narraba la derrota inminente que habían sufrido sus ejércitos y como estaba a punto de perder todo lo que ya había ganado, ya que el enemigo atacó además su base principal y el golpe había sido casi mortal. No había más opción que tocar la retirada y eso implicaba muchísimo tiempo perdido.

Consternado, triste y sin ninguna solución aparente, se sentó a observar la puesta del sol, como quien espera que del cielo caiga algo de la inspiración del Genio que pintaba tanta belleza...



III 



El gran Dragón jamás la había visto así...

La observaba con detenimiento pero indiferente, altivo, como quien lo hace por salir del paso. Debatía con ella con excusas baratas y sin fundamento alguno y por un momento hasta estuvo seguro de su victoria, cabalgaría por las calles orgulloso exhibiendo ante la mirada de todos su nueva conquista, su nuevo logro; pero ocurrió lo inesperado o al menos lo que él no se esperaba...

De la cara de ella corrió una lágrima, única, insignificante y poderosa que nació en sus ojos y terminó en el acorazado corazón del deforme animal, hecho que lo liquidó por completo. No pudo hacer nada contra eso, lo rebajó al nivel de sumisión total, despedazó sus argumentos, bailó en su altivez y lo único que le quedó hacer fue entregar sus brazos, para restaurar lo herido, salvar lo que pudiera, porque ya lo había perdido todo.

Abrió sus brazos, la recibió en su pecho, lloró con ella, pidió perdón y clemencia a quien valientemente lo había enfrentado en su locura, atinando a decir solamente: "Por Favor, No llores...", como quien pide misericordia ante un duro juez.

Cuando abrió los ojos ya no era más dragón, cargado de culpa recibió una sonrisa de vuelta, le dio un beso en la mejilla y se fue a tratar de volver a salvarse una vez más...

domingo, 22 de julio de 2012

Espacio Intimo Pagado



-Una vez leí algo que decía: "Cuando se es pequeño una derrota más no importa"... Se pierde más veces de las que se gana, o por lo menos es lo que se piensa, es entonces cuando se pierde de vista el objetivo. ¿Quién dijo que no había derecho a la derrota?, ¿Quién dijo que no hay tiempo para levantarse?

-Hay que esperar lo sé, la teoría se sabe, los conceptos, las razones, la práctica es el problema. En la práctica se tiene que aplicar los teoremas aprendidos y aplicarlos bien, resolver problemas un poco más exigentes que los que se resuelven en una práctica normal y lo empeora el hecho de trabajar bajo presión. Pero nadie dijo que fuera fácil y qué sería de la vida sin un poco de turbulencia, en alta mar lo único que queda es esperar que pase un poco la tormenta.

-Soy del tipo de persona que piensa demasiado las cosas antes de hacerlas, incluso para decirlas (con esto no quiero decir que siempre haga/diga las cosas más atinadas, simplemente que se piensan un poco más antes de actuar), demasiado análisis, muchos "pros" y contras", en exceso "metódico",todo esto llega a cansar, y no es que sean cualidades que me reproche, simplemente así aprendí a ser. Construí cosas durante mucho tiempo que luego me robaron o tuve que yo mismo destruirlas por estar chuecas, o porque no eran mías. Por eso ahora pienso más antes de construir, quizás también por esto pregunto tanto...

-
"En tus Ojos un misterio;
en tus labios un enigma.
Y yo fijo en tus miradas
y extasiado en tus sonrisas" (Rubén Darío - Rimas-X)

- No voy a ser hipócrita, la situación me duele y si me duele es básicamente porque de verdad me importa, es simple, hacer que no he visto, oído o leído cosas no ayuda, la agravan, saberlas tampoco ayuda, la empeoran, entonces ¿Qué hacer?, ni idea, básicamente ya dije lo que tenía que decir, no puedo hacer/decir más, es aquí donde volvemos al punto de la espera. Las cosas que llega a cargar uno encima por no querer ver sufrir a la gente que se quiere.

- Básicamente los extraño. Quizás en semanas como estas recientes los echo un poco mas de menos. Hay veces en las que solo se ocupa sentarse a conversar tonterías y olvidar lo que pasó en la semana.

*** Estoy casi seguro estimado no-lector que estará un poco confundido como lo estoy yo con estas últimas seis líneas, pero son cosas que al autor, la persona que me robó el post, le incomodaban bastante, por lo que me solicitó un espacio íntimo para "descargar" unas ideas al azar. Pido mis más sinceras disculpas, esperando que este hecho no se repita en el futuro, se despide:

Un Bohemio Redimido de por ahí.