Nobody said it was easy
No one ever said it would be this hard
Oh take me back to the start...
En este momento la lucha es desigual, en una guerra sin cuartel. Sí, mi moral esta un poco baja; y sí, ahorita mi estado anímico no es el mejor. Pero son estos momentos donde SU vara y SU callado me infunden aliento, diciendo:
Éste precisamente es uno de los momentos en que casi nada sale tan bien como quisiera, pero mi corazón, planes, propósitos y sueños siguen siendo solo suyos. Este precisamente es uno de los momentos en que las circunstancias se encargan de acentuar mis falencias, pero a su Gracia me aferro.
No se que me traerá el mañana, pero se que Nunca Nunca Nunca se apartara de mi Su Misericordia, aunque se ponga más oscuro de lo que ya está, Padre:¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. (Salmos 73:25)
No calles, no me permitas no oírte... Quédate, no me dejes irme... No me sueltes, No me dejes caer... De ti Dependo, no permitas que lo olvide...
Gracias Padre Eterno! Dios de Galaxias, Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (I Timoteo 1:17)
"Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé."(Josue 1:5)
Éste precisamente es uno de los momentos en que casi nada sale tan bien como quisiera, pero mi corazón, planes, propósitos y sueños siguen siendo solo suyos. Este precisamente es uno de los momentos en que las circunstancias se encargan de acentuar mis falencias, pero a su Gracia me aferro.
No se que me traerá el mañana, pero se que Nunca Nunca Nunca se apartara de mi Su Misericordia, aunque se ponga más oscuro de lo que ya está, Padre:¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. (Salmos 73:25)
No calles, no me permitas no oírte... Quédate, no me dejes irme... No me sueltes, No me dejes caer... De ti Dependo, no permitas que lo olvide...
Gracias Padre Eterno! Dios de Galaxias, Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. (I Timoteo 1:17)
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